Entender Naucalpan

Si queremos resolver un problema, tenemos que empezar por entenderlo…

Antes que cualquier concepto, Naucalpan es un gigantesco barrio popular con casi 900 mil habitantes cuyos padres y abuelos emigraron ahí para contribuir con su fuerza de trabajo al desarrollo constructivo de la infraestructura municipal, los fraccionamientos residenciales y los parques industriales, convirtiéndose así en profesionistas de carrera o profesionales de oficio, prestadores de servicios y obreros, dentro del municipio más próspero durante las décadas 60, 70 y 80. A partir de 1997 con la llegada de la alternancia,   los alcaldes panistas, que siempre surgen de la parte “rica” del municipio, tienen el limitado gusto por promover a las Torres de Satélite como emblema del municipio. Quieren esconder bajo la alfombra la otra realidad: la pobreza. Al norponiente de la Ciudad de México se encuentra este municipio conurbado perteneciente al Estado de México. La puerta de entrada es Cuatro Caminos, siendo un importante punto de referencia sobre los límites de estas dos entidades para los automovilistas del anillo periférico y su viaducto elevado. Esta encrucijada está asentada en lo que alguna vez fue la antigua Hacienda de los Leones, punto de referencia y entronque de cuatro antiguos caminos reales.

El color gris de millares de casas define la estética del lugar. El paisaje de las viviendas de autoconstrucción luce inmenso. Bardas sin aplanar ni pintar, con el tabique desnudo, expuesto al sol, dan ese tono grisáceo que se ve desde la lejanía como una enorme mancha que cubre las puntas y las laderas de los cerros, excepto por una bien delimitada fracción de ese crisol urbano que rivaliza al mortecino gris con una abigarrada paleta de colores chillantes, estridentes, de mal gusto, herencia de la administración saliente y sus pocas luces sobre urbanismo o su mal lograda intención de plagio de algún programa que vieron en alguna parte. Sin planificación, la gente construyó sus casas en los lugares más inhóspitos: en pendientes, barrancas, junto a ríos y canales que se desbordan en época de lluvias, al lado de cerros desgajándose, sobre huecos que dejaron las viejas minas de arena. Es un panorama sorprendente por enorme ¿cómo fue posible semejante construcción de vivienda en tales proporciones en una geografía tan impropia? Consecuencias de la explosión demográfica, de la crisis del campo mexicano, del centralismo posrevolucionario, de las leyes del capitalismo con su inherente ejército laboral de reserva.

Barrio trabajador asentado en cerros y cañadas, Naucalpan vive al vaivén de los cambios partidistas en el gobierno sin nunca ver transformaciones sustanciales en su vida. Las cosas siempre están igual, en una larga espera que se prolonga por décadas, de padres y abuelos que salieron de sus comunidades rurales hace cuarenta o cincuenta años, esperando que sus hijos tengan mejor suerte que la de ellos. Existe un enorme sentido de aspiración, la gente quiere mejorar las circunstancias en las que vive su familia, hay mucho anhelo de identidad citadina.

Esta periferia tiene todos los elementos para obtener una identidad propia y un desarrollo muy fértil. Creo que puede ser una región de crecimiento social; los habitantes marginados en los cinturones de miseria conformados por polígonos de notable precariedad, tienen el futuro en sus propias manos porque conocen muy bien los problemas que enfrentan y porque son también poseedores de una riqueza pocas veces valorada: su raigambre y orgullo de clase. Sin embargo han enfrentado una realidad, el mejor negocio de los políticos, funcionarios y empresarios deshonestos sin distinguir la ideología ni el color de su expresión, sigue siendo la industria de la pobreza cultivada en la ignorancia y la falta de oportunidades. A pesar de esto la sociedad civil emergente hace sacrificios enormes todos los días, desde el tiempo y calidad de vida. Acostumbrados a vivir con lo menos, carentes de servicio públicos, seguridad, infraestructura urbana y transporte masivo, son sin embargo, poseedores de un legado particular. Construyen su patrimonio de manera intergeneracional con mucho tiempo y esfuerzo. Se sacrifican para que su prole tenga una casa y no pague renta, para que puedan ir a la escuela y cumplir los sueños que ellos no lograrían; “Tú construyes la casa donde tus hijos y nietos van a vivir.”

Heredero de una historia milenaria, Naucalpan, en cuyo territorio se encuentran vestigios arqueológicos prehispánicos de distinta época, construcciones coloniales, datos históricos de la reforma, la revolución y la industrialización de México, hoy se consolida como un municipio próspero y con un amplio desarrollo económico, gracias a la construcción de nuevos edificios que albergan comercio y oficinas inteligentes en los predios que eran ocupados por naves industriales, alentados también por la cercanía de la nueva sede de la embajada norteamericana y la ejecución de complejos residenciales para los nuevos perfiles ejecutivos. Pero este esquema de crecimiento continúa con las políticas de exclusión hacia los marginados, lo que ha propiciado el ahondamiento de una línea social muy marcada con todo lo que esto conlleva. Es el hartazgo, la desatención e indolencia y el rencor que esto genera, el campo de cultivo donde las promesas mesiánicas y demagógicas de los partidos políticos han calado hondo en los habitantes de las colonias que crecieron acelerada y desordenadamente después de la tragedia de San Juanico y el sismo de 1985, familias que desde su paso por el entonces Distrito Federal se han sentido y han sido víctimas por sistema de la falta de planeación y proyecto en la aplicación de políticas públicas humanísticas. Es necesario, hacer un ejercicio objetivo, estar del lado de los ciudadanos y hacerle sentir lo necesario de buscar el crecimiento como individuo y como familia a través del único modelo posible en la actualidad, la sustentabilidad social.

“Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”

Eduardo Galeano.

 

DIAGNÓSTICO

Contexto político y su relación con la sociedad.

En el área metropolitana se vive en una burbuja de percepción social. Hay fuerte presencia de cuatro partidos políticos que pelean por ganar votos.

La Ciudad de México, es gobernada por la hegemonía del Partido de la Revolución Democrática y su “política de izquierda” que consiste en administrar los barrios decimonónicos e infra estructura urbana heredada por una dictadura primero y una regencia posrevolucionaria de carácter oficialista después. Pero la democracia en México y en la periferia todavía gira alrededor de ofrecer servicios a los colonos y así obtener su voto como contraprestación, en lo que se llama el laboratorio electoral del país. La zona conurbada de la “megalópolis”, que incluye las siguientes demarcaciones que comparten limites territoriales y marcadas conductas sociales:

Miguel Hidalgo, Cuajimalpa, Naucalpan, Huixquilucan, Tlalnepantla, Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Tlalnepantla, Tultitlan, Ecatepec, Coacalco, Iztapalapa, Nezahualcóyotl, Los Reyes La Paz, Valle de Chalco, Iztacalco, Milpa alta, Tlahuac, Chalco, Venustiano Carranza.

 

El centro y sus orillas.

La ciudad en general es concéntrica y como el desarrollo de un árbol, sus etapas están reflejadas en su tronco en forma de anillos. Debe entenderse de manera lógica, así como la parte más antigua del primer cuadro o zócalo dice algo sobre su periodo de fundación, la orilla de la ciudad cuenta algo sobre nuestro tiempo, nos muestra los contornos de la silueta de un animal que respira, piel que crece a cada día para dar cabida a mayor masa poblacional, pero su corazón y entraña permanecen viejos, de siglos.

El Valle de México: una entidad viva.

La región del Valle de México no se define como un espacio determinado por demarcaciones territoriales político-administrativas, sino que es parecida a una entidad viva cuyas relaciones se reconfiguran para responder a las necesidades reales de seres humanos con sueños y carencias.

Hay muchos intereses de por medio por lo que el desarrollo no responde a lógicas formales o proyectos a largo plazo. El orden federal de gobierno puede anunciar mañana que realizará un plan integral de desarrollo en las periferias y no pasaría nada, porque son dinámicas que van más allá de la planeación central.

Esta problemática es un común denominador para el Estado de México y para la Ciudad de México, de tal manera que el concepto de límite territorial  es difuminado por el paisaje urbano y únicamente sabemos que estamos en la Ciudad o el Estado de México gracias a la nomenclatura vial y a la señalización oficial que invariablemente cambia de color a capricho de la expresión política gobernante.

Esquemas innovadores de desarrollo y  apoyo a las comunidades.

Es fácil olvidar que las orillas de la ciudad son mitad campo mitad ciudad. Mientras los campesinos y sus ejidos son destruidos por los procesos de mercado, es difícil exigirles que no vendan sus terrenos, con los que no tienen futuro económico. Se deben considerar esquemas de subsidios que configuren un nuevo modelo económico, estimulando el desarrollo general para específicas zonas rurales alrededor de la ciudad, esquemas innovadores que inhiban la venta de terrenos para frenar la urbanización en la zona, pero apoyar a las comunidades a la vez. Necesitan construir un patrimonio y además muchas de las zonas del Valle de México son únicas en el mundo, el actual sistema de crecimiento rompe de manera irreversible el equilibrio ecológico.

La acción implementada por los invisibles, se concentró en diseccionar para entender el proceso de colonización irregular; conocer representantes sociales en esa mancha urbana de autoconstrucción y comprender esa jactancia suya de “fundar nuevas colonias”. Ellos son la pieza clave; tienen la visión de captar el control político social, pero también de manejar el desarrollo: si ellos no están interesados, muchas cosas no son posibles.